miércoles, 29 de julio de 2009

Felicidades Viejo,

Primero vinieron unidades,
más tarde llegaron las decenas.
Y se cansaron de los números.
Surgió la cuenta en experiencias.
Pero tú cuentas en imágenes,
digo más, vos contáis en vidas,
y en momentos, la misma vida.
Sos ojos que llevan al futuro
el presente y sus pasados.
El mundo y sus vivencias.
Pensamientos, miradas.

Sana envidia,
y admiración.
Para usted.
Viejo.
Papá.
Tú.

martes, 28 de julio de 2009

Perdido.

¿Dónde está el tú que yo vi en ti?
Por más que busco
no lo encuentro

¿Donde está el yo que yo vi en mí?
Miro mi revés
una y otra
y otra vez


Quizá solo estuvo dentro de mí.
¿Para qué buscar?
No existirá.

Y yo estaré por aquí, muy dentro.
Profundizare
solo un poco,
un poquito más.

Entonces si tú no estás, y yo no estoy.
¿Done estamos?

Mirá, aquí estoy.

lunes, 27 de julio de 2009

Descanse en paz.

De repente te encuentras con lo indescriptible. Lees, por ejemplo, a Benedetti y los sentimientos desbordan desde la mente precipitándose al corazón. Buscas las palabras, pero no existen. Piensas en el silencio, pero no es suficiente. Es como un cielo grisáceo, emborronado, casi sumido en la oscuridad, atravesado por un haz de luz, que se proyecta sobre un solitario árbol que hace equilibrio al borde de un acantilado. Mientras la inmensidad del océano atormentado ruge amenazante allá abajo.
Pero no es suficiente.
Esto denota que el corazón es imperfecto, como todos viene sin pulir. Pulirlo duele y aun así nunca es perfecto, solo se acostumbra al defecto.
¿Cómo hizo él para escribir?
Lastima que se lo llevase consigo. Al menos quedó él.

miércoles, 22 de julio de 2009

Metamorfosis.

Tras recibir fuertes golpes, tendemos a ocultarnos. Nos escondemos en la gruta del miedo y permanecemos quietos. Sabes que si no miras, no verás; que si no escuchas, no oirás; que si no sueñas, no aparecerá la ilusión, ya no podrá traicionarte. Convertimos la vida en oscura, carente de emociones y sentimientos. Nos volvemos reservados, cautelosos, temerosos. Medimos cada paso con asombrosa delicadeza.

Pero en algún momento te preguntas, ¿Cuándo vivir?
Te das cuenta de que la oscuridad no es una forma de vida, es todo lo contrario.
Y tú eliges. Miedo o vivir. Pero vuelve el miedo, sabes que vivir significa arriesgarse a nuevos golpes. Bienvenidos sean. Las cicatrices del alma no suelen cerrar, pero la vuelven más fuerte, o al menos se acostumbra a sufrir.