miércoles, 22 de julio de 2009

Metamorfosis.

Tras recibir fuertes golpes, tendemos a ocultarnos. Nos escondemos en la gruta del miedo y permanecemos quietos. Sabes que si no miras, no verás; que si no escuchas, no oirás; que si no sueñas, no aparecerá la ilusión, ya no podrá traicionarte. Convertimos la vida en oscura, carente de emociones y sentimientos. Nos volvemos reservados, cautelosos, temerosos. Medimos cada paso con asombrosa delicadeza.

Pero en algún momento te preguntas, ¿Cuándo vivir?
Te das cuenta de que la oscuridad no es una forma de vida, es todo lo contrario.
Y tú eliges. Miedo o vivir. Pero vuelve el miedo, sabes que vivir significa arriesgarse a nuevos golpes. Bienvenidos sean. Las cicatrices del alma no suelen cerrar, pero la vuelven más fuerte, o al menos se acostumbra a sufrir.

No hay comentarios: