lunes, 2 de junio de 2008

Pequeño Gran Traidor.

En la sombría noche el niño camina apresurado. Busca alcanzar su meta sin demora. Tiene miedo, su respiración es rápida, sus pasos cortos pero intensos. Le asustan las sombras, los lejanos ruidos, el eco de sus pisadas. El corazón late deprisa, vislumbra su meta en el horizonte, solo un poco más.

La envidia del niño permitió que su meta fuese tan magnifica como fraudulenta. El pesado afán de hacerse mayor. El adulto poco a poco fue robando su ilusión,su imaginación, sus utópicas metas que le conducían a un incierto lugar. No eran las metas las que le ilusionaban en realidad, era el camino por recorrer.

El camino fue corto, más triste de lo esperado. Donde están las flores, los lindos valles, el llamativo círculo rojo con la tentadora decimoctava primavera en su centro. Desgraciadamente no hay marcha atrás. El niño desolado observa como abandonó la santa imperfección, ya es tarde para mirar atrás.

Una vez más la cruel edad adulta a cobrado otra victima.
Solo queda la pestilente flor hipoteca y el desértico valle del llegar a fin de mes.
La ilusión de vivir dio paso al deseo de no morir.

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